La inflaci贸n 馃挵 como puerta de entrada a nuevas oportunidades

La expectativa de un retorno sostenible de la inflaci贸n al 2,5% no es sino una dulce utop铆a. La descarbonizaci贸n y los cambios en nuestra relaci贸n con el trabajo est谩n debilitando la oferta y fomentando la inflaci贸n: todo un reto para los bancos centrales. La resistencia de la inflaci贸n y el consiguiente regreso del ciclo econ贸mico generan m煤ltiples oportunidades para el inversor activo.

La inflaci贸n 馃挵 como puerta de entrada a nuevas oportunidades | Carmignac | CXO Community

La ca铆da de la inflaci贸n estadounidense desde el pasado mes de junio ha impulsado a los mercados de renta variable en los 煤ltimos meses. Las expectativas de infl –aci贸n, derivadas del precio de los bonos ligados a la inflaci贸n, sugieren una vuelta al 2,5% a partir del pr贸ximo mes de junio y una estabilizaci贸n en los a帽os siguientes. Esta perspectiva es la de una vuelta persistente al marco de los mercados de la d茅cada de 2010, cuando las rentabilidades netas de inflaci贸n eran bastante favorables para los activos financieros e inmobiliarios y f谩cilmente aprovechables por las gestiones pasivas. Por nuestra parte, no prevemos tal escenario.

Las econom铆as desarrolladas est谩n entrando en una fase inflacionista del ciclo econ贸mico a largo plazo en la que la oferta no siempre sigue el ritmo de la demanda. La r谩pida sucesi贸n de per铆odos de crecimiento inflacionista, impulsados por fuerzas estructurales, y de ralentizaci贸n desinflacionista, orquestada por los bancos centrales, recrea una coyuntura del ciclo econ贸mico desfavorable a la gesti贸n pasiva, en beneficio de las gestiones m谩s activas y con tem谩ticas que se hayan visto afectadas negativamente por la desaparici贸n del ciclo.

Factores que limitan la oferta de bienes y servicios

Adem谩s de los factores estructurales, como la demograf铆a o el menor dinamismo del comercio mundial, la inflaci贸n se ve alimentada por otros dos factores: la descarbonizaci贸n de las econom铆as y los cambios en la relaci贸n con el trabajo.

La descarbonizaci贸n de las econom铆as conduce a una disminuci贸n dr谩stica de la inversi贸n en combustibles f贸siles y, por tanto, a una disminuci贸n estructural de las reservas y provoca un aumento de los precios de la energ铆a. En los 煤ltimos diez a帽os se han invertido varios billones de d贸lares en la transici贸n energ茅tica, pero al mismo tiempo la cuota de los combustibles f贸siles en el consumo energ茅tico mundial solo ha descendido poco m谩s de un punto, hasta el 81%. Esta situaci贸n tiene los ingredientes de una crisis energ茅tica del mismo orden que la que contribuy贸 al 煤ltimo gran periodo inflacionista, de 1965 a 1980, alimentado por la crisis del petr贸leo de 1973.

La OPEP (Organizaci贸n de Pa铆ses Exportadores de Petr贸leo) considera —como cab铆a esperar— que deber铆an invertirse 1,5 billones de d贸lares anuales en el desarrollo de combustibles f贸siles hasta 2045, frente al bill贸n actual, para garantizar el suministro energ茅tico. La verdad est谩 probablemente en alg煤n punto intermedio, pero no dejemos que la guerra en Ucrania oculte el d茅ficit energ茅tico estructural que estamos generando.

Pero, ¿a d贸nde se ha ido la mano de obra?

Al mismo tiempo, es probable que el profundo cambio en la relaci贸n con el trabajo, que conlleva menos horas trabajadas, menos trabajadores y un nivel muy alto de movilidad laboral, y por tanto una p茅rdida de productividad, tambi茅n provoque una persistente escasez de la oferta. Las empresas son incapaces de contratar personal para satisfacer la demanda que se les plantea. Por tanto, es natural que empiecen a aparecer subidas salariales emblem谩ticas. Por ejemplo, Inditex (propietaria de Zara) y Uniqlo han aumentado los salarios entre un 20% y un 40%.

La ralentizaci贸n debida a la escasez de oferta es inflacionista, lo que hace m谩s dif铆cil a los bancos centrales el uso de una pol铆tica monetaria. A este respecto, es interesante observar que la serie de subidas de tipos de la Reserva Federal, de una magnitud y velocidad nunca vistas (475 puntos b谩sicos en diez meses), ha ido acompa帽ada hasta ahora, parad贸jicamente, de la tasa de paro estadounidense m谩s baja desde 1969.

La batalla actual contra la inflaci贸n se ganar谩 a corto plazo con algunas subidas de tipos m谩s, que probablemente provocar谩n la recesi贸n necesaria para una ca铆da m谩s brusca de los precios, al debilitar el consumo, pero sin resolver el d茅ficit de la oferta. La menor disponibilidad de mano de obra y el encarecimiento de la energ铆a no encontrar谩n sino una resistencia espor谩dica por parte de las pol铆ticas monetarias y presupuestarias, toda vez que se ha rebajado el umbral del dolor aceptado por los pa铆ses econ贸micamente avanzados. Las recesiones provocadas por estas pol铆ticas para reducir la inflaci贸n ser谩n, por lo tanto, breves y superficiales; insuficientes para reducir la inflaci贸n de forma permanente.

No temamos a la inflaci贸n, ya que genera un sinf铆n de oportunidades

La probada capacidad de nuestra gesti贸n de renta fija para aprovechar las rentabilidades de la deuda p煤blica y privada en un entorno de tipos de inter茅s m谩s altos, detectar situaciones asim茅tricas en el universo emergente o gestionar la exposici贸n global a los tipos de inter茅s es una baza importante en el contexto econ贸mico que hemos descrito. Los bajos tipos de inter茅s reales previstos deber铆an proporcionar apoyo a las bolsas. Esta perspectiva justifica tambi茅n una exposici贸n significativa al oro. En cuanto a China, la ausencia de inflaci贸n en esta fase le confiere un estatus muy diversificador.

La introducci贸n de un sesgo inflacionista en nuestra gesti贸n nos permite aprovechar al m谩ximo las numerosas oportunidades que ofrecer谩 el ciclo econ贸mico, adem谩s de aportar diversificaci贸n. No temamos a la inflaci贸n, ¡convirt谩mosla en nuestra aliada!

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