Involucrar al talento global para satisfacer las necesidades de los clientes internacionales.
Con la apertura del mercado laboral gracias a los cambios en las
prácticas de trabajo y los avances en la tecnología, se esperan
oportunidades para entrar en nuevos mercados y dar servicio a nuevos
clientes. Las empresas capaces de aprovechar estas perspectivas serán
aquellas con culturas corporativas inclusivas cuyos líderes puedan unir
equipos diversos y dispersos.
La pandemia del coronavirus ha rediseñado el mapa de los negocios, generando
prácticas de trabajo que incorporan el trabajo remoto y flexible en un grado
hasta ahora inesperado. La pandemia alteró las demandas de los clientes y
aumentó la competencia, cambiando no solo la forma en que operan las
empresas, sino quiénes y dónde contratan. El informe de Oxford Economics de
2021, How the New Geography of Talent Will Transform Human Resource
Strategies (Cómo la nueva geografía del talento transformará las estrategias
de recursos humanos), identificó la tecnología, la globalización y la
demografía laboral como las principales fuerzas que ahora afectan los
requisitos de talento.
Frente a esta realidad, Ignacio Raffaelli, Gerente de Business Process
Solutions comenta: “sin dudas que el efecto COVID-19, más allá de las duras
consecuencias sanitarias, trajo cambios en las formas de trabajar y
vincularse, que algunos ya conocemos, y otros aun no, al ser que todavía
estamos transitando la pandemia. Dentro de los cambios que ya se conocen,
está la confirmación que para la prestación de muchos servicios no importa
demasiado donde los hagas, lo que abre la puerta a muchas oportunidades para
ingresar a mercados globales, que antes no estaban en la órbita de posibles
clientes”.
Si bien presenta innumerables desafíos, un entorno de trabajo híbrido
también ofrece enormes oportunidades para involucrar a equipos y cadenas de
suministro geográficamente dispersas. Aquellos lo suficientemente ágiles
como para aceptar los cambios estarán posicionados para aprovechar el mejor
talento global y ofrecerlo a los clientes internacionales.
Pero con el fin de maximizar el potencial que ofrece este contexto, los
líderes necesitan adaptarse, desarrollando sus habilidades para ser
transculturales, empáticos y estar constantemente conectados. Obtener lo
mejor de los equipos a través de las fronteras, ofrecer un servicio al
cliente sin fisuras, administrar eficazmente las operaciones en todo el
mundo y generar los mejores resultados comerciales requiere un compromiso
auténtico con una fuerza laboral diversa.
Un mercado laboral remodelado
Si bien el trabajo flexible estaba en la agenda de muchas empresas antes del
COVID, la pandemia obligó a una adopción generalizada, lo que les permitió
ver que es posible, e incluso preferible, con el trabajo remoto. En
respuesta al COVID-19, el 45% de las empresas en todo el mundo promovieron
el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y la flexibilidad para
impulsar el compromiso y la inclusión de los empleados, según la
investigación de Grant Thornton de 2021 sobre el mercado medio global.
Mientras tanto, el 37% instigó nuevas prácticas de trabajo para involucrar
mejor a todos los empleados.
La tecnología que facilitó el trabajo remoto también está haciendo que los
equipos globales sean más factibles, apoyando la capacidad de trabajar de
forma asincrónica. Cuando no todo el mundo necesita estar en línea al mismo
tiempo, los equipos pueden abarcar todo el mundo, y los individuos trabajan
en el momento óptimo para ellos, lo que conduce a una mayor
productividad.
La adopción de tecnologías de trabajo remoto durante la pandemia también ha
impulsado cambios en la demografía de la fuerza laboral. Con el talento cada
vez más móvil a raíz, las empresas se enfrentan a una mayor rotación y
problemas de retención de personal.
Adicionalmente, Matiana Behrends, Directora de Gestión de personas explica:
“esta tendencia abre una oportunidad única a países como Argentina, con
capital humano altamente desarrollado, pero que por diferentes motivos, no
ha tenido en el pasado la oportunidad para desarrollar nuevos mercados. En
este sentido, la tecnología (y la pandemia que de alguna manera acortó
distancias físicas y virtuales) es el catalizador de una nueva modalidad de
pensar el trabajo y el empleo globalmente. Por otro lado, se deberá pensar
en qué podemos hacer desde nuestras empresas para acelerar esta tendencia.
Trabajar en una cultura ágil, de colaboración, con mente global y con la
alfabetización digital suficiente deberían estar en la agenda de todos los
líderes que apuesten a tener una estrategia e integración global.
Oportunidades arraigadas a la disrupción
Estos cambios en las prácticas de trabajo están permitiendo a las empresas
obtener una ventaja en términos de talento global. Cuando las personas
pueden trabajar desde cualquier lugar, las empresas tienen más opciones para
asegurar habilidades vitales.
El acceso a los trabajadores extranjeros sin exigirles que se trasladen hace
que la experiencia regional sea más accesible, lo que permite a las empresas
acceder a nuevos mercados. Si se hace bien, una fuerza de trabajo
transregional estará en mejores condiciones de dar servicio a clientes
geográficamente repartidos y cadenas de suministro en todo el mundo, con
mayor velocidad y agilidad. Un equipo que abarca zonas horarias siempre
tiene a alguien disponible para dar soporte a los clientes.
“Las economías desarrolladas, comenzaron a poner más atención en países que puedan ofrecer calidad en la prestación de servicios y ventajas económicas. Para ello será crucial, hasta excluyente, contar con un staff altamente capacitado y con excelentes habilidades de adaptación, ya que no solo se buscará una disminución de costos, sino que van a exigir igual o mayor calidad de servicios de la que actualmente reciben. Las organizaciones que aspiren a estas oportunidades, tendrán que hacer no solo una inversión grande en el desarrollo de un staff competitivo, en la retención y captación de nuevos talentos, sino que también, deberán fortalecer alianzas estratégicas globales, que facilitarán el acceso a estos nuevos desafíos”, agrega Raffaelli.
Además de la dotación de personal, las cadenas de suministro globales
también se han vuelto más accesibles y manejables, gracias a la aceleración
de la adopción digital impulsada por la pandemia.
Cambio de la fuerza de trabajo, cambio de liderazgo
En un entorno donde el talento se distribuye globalmente, las habilidades de
liderazgo deben abarcar la comprensión cultural, la capacidad de conectarse
virtualmente y la aceptación de diferentes perspectivas y antecedentes. La
investigación de Oxford Economics mostró que, con un 49%, la capacidad de
administrar empleados diversos es la habilidad operativa global más deseada.
La sensibilidad cultural también es clave, con un 31,5%.
Como era de esperar, la empatía surgió como un rasgo de liderazgo importante
durante la pandemia, con el 22% de los encuestados de IBR citándola, debido
a su valor al encabezar una fuerza laboral remota. La sensibilidad a la
diversidad cultural es un elemento importante de esto, al igual que la
comprensión de lo que impulsa a los individuos.
Las empresas pueden ganar en este entorno complejo, pero para ello, se deben
tomar medidas deliberadas para construir una cultura inclusiva.
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