Los que nacieron en Buenos Aires de alguna manera se habitúan al escenario vertiginoso de la ciudad: atascos en el tránsito, filas en restaurantes para almorzar al mediodía, transporte público atestado de gente y otras experiencias no tan agradables. Se cree que las personas se acostumbran al ruido, al movimiento de su ciudad de origen, pero muchas veces pueden necesitar un cambio en su calidad de vida.
Lo cierto es que también es innumerable el grupo de argentinos que se traslada desde otras provincias hacia la capital para poder continuar con sus estudios o desarrollarse profesionalmente, pero suelen cumplir un determinado ciclo y regresan a los lugares desde donde partieron.
También, existe una falsa creencia en líneas generales sobre el trabajo que pueden proporcionar las grande ciudades, sin embargo, con el avance de la tecnología y los nuevos formatos de trabajo remoto, esto ha cambiado de manera drástica en los últimos años. Este proceso de cambio y migración de locaciones, se dió desde el plano físico cuando las compañías comenzaron a mudarse desde el Microcentro porteño hacia otros barrios como Palermo, Belgrano o el Polo Tecnológico de Parque Patricios. El paso siguiente, estuvo relacionado con la instalación de representaciones en las distintas provincias de Argentina.
Las empresas comenzaron a hacer una lectura más profunda sobre esta situación, incluyendo dentro de sus políticas los llamados “paquetes de relocalización”. Sobre todo, las compañías cuyo -corazón de negocios- está vinculado a tecnología, dado que son las que tienen más dificultades para pujar por el talento local. Estos -packs- tienen como fin atraer a aquellos colaboradores que persiguen a un nuevo estilo de vida, rutinas más flexibles o no pasar horas de camino a sus oficinas.
María Emilia Palá integra el equipo de Recursos Humanos en Eventbrite, la plataforma internacional de venta de entradas e inscripciones a eventos, que tiene su representación a nivel local en la ciudad de Mendoza. La compañía ofrece este tipo de “relos” hace años y entre las ventajas más destacadas sobresale la ayuda en todo el proceso de reubicación. Así, este tipo de beneficios ha posicionado a la compañía entre las 20 mejores empleadoras del sector en el ranking realizado por Revista Apertura.
Más allá del dinero, desde la empresa se les brinda a los colaboradores una especie de tutorías para que puedan entre otras cosas encontrar su vivienda o el nuevo colegio para sus hijos, y se los asesora durante todo el camino. “El paquete de relocalización es muy extenso y lo más relevante para nosotros como compañía es que la persona se sienta acompañada y que pueda realizar lo que llamamos desde Recursos Humanos un “soft landing” o llegada suave. Por ese motivo, le proporcionamos ese apoyo, ya sea desde otorgar la garantía necesaria para que puedan alquilar hasta consultoría con orientación vocacional a cargo de psicólogos para las parejas o familiares que acompañen al nuevo ingresante.”, cuenta Palá sobre la metodología.
Lo importante es lograr que el empleado se adapte al entorno y que su familia también pueda hacerlo. Gonzalo Darriba forma parte del equipo de Ingeniería en Eventbrite, hace casi un mes que se trasladó de Buenos Aires a Mendoza y en unas semanas más llegará su familia. Su principal motivación para mudarse era poder vivir en una ciudad con más presencia de naturaleza, que le permitiera no sólo disfrutar de esto los fines de semana a través de “escapadas” de la ciudad. Además, la oportunidad de combinar ese punto con una propuesta de trabajo desafiante y que lo sacara de su zona de confort, fue el complemento ideal para tomar su decisión.
Darriba comenta que “en términos de oferta laboral, hay menos cantidad de empresas en Mendoza respecto a Buenos Aires, en lo que a Sistemas refiere; sin embargo, la calidad de sus productos como ingenieros, y la complejidad de las soluciones técnicas que hay disponibles, tienen la misma vara de desafíos.”, algo que desmitifica la pérdida de competitividad respecto a otras provincias.
Gabriel Flores es otro de los que partieron de Buenos Aires para tener otra vida. Escalador de vocación, encontró en Mendoza el escenario perfecto para equilibrar su vida profesional con la personal. Llegó con su familia en 2010 y pronto se adaptaron al nuevo ambiente: querían que sus hijos se criaran cerca de la montaña y que pudieran hacer actividades como campamentos al aire libre. “Moverse en Mendoza implica ahorro de tiempo y una disminución en el estrés, el tránsito es mucho más previsible, no hay cortes de calles por movilizaciones por ejemplo. También, el clima es mucho mejor para el estilo de vida que nosotros llevamos.”
Ambos colaboradores concuerdan en que el costo de vida es mucho menor en Mendoza y que el tiempo que les significa llegar hasta las oficinas disminuye respecto al que solían destinar antes. Además, coinciden sobre el paquete de beneficios que recibieron por parte de las compañías mendocinas al momento de mudarse: “El foco real y concreto en las personas, hace una gran diferencia más allá de los beneficios económicos.”.
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