Problemática actual de la ciberdefensa @OscarRRMato
El significado de la palabra planeamiento es “Elaboración o establecimiento
de un plan”, y se denomina así al proceso metódico que se diseña con el
objetivo de lograr una meta, es decir que el planeamiento es la elaboración de
un plan que nos permitirá llegar a la concreción de un fin propuesto.
En las fuerzas armadas (FFAA) actuales las tareas de planeamiento las
realiza un organismo llamado “Estado Mayor”, en la cual para realizar el planeamiento
se debe recopilar la información necesaria para redactar los planes y para
asesorar al superior, como también para supervisar el cumplimiento de lo
planificado.
Ahora bien, gran problema tendrán las FFAA en las que ni su estado mayor ni
su jefe (al cual el estado mayor asesora), desconocen (pues no han
investigado) cuál es la tecnología que dispone
su oponente, o contra la cual se deberá planificar las operaciones.
Cuando un militar investiga respecto de las implicancias que las nuevas
tecnologías (y en particular las tecnologías de la información y las
Comunicaciones – TIC-) tienen en las operaciones militares podrá observar que
la planificación de operaciones en el ciberespacio ya no es un tema que se
aborda desde un punto de vista teórico (o escolástico) sino que ya hay FFAA que
están realizando operaciones en el ciberespacio. Pero cuando vemos la realidad
de nuestras FFAA llegamos a la triste conclusión que para muchos conductores
y/o planificadores el ciberespacio sigue siendo un ámbito de conflictos para un
futuro lejano.
Quizás el problema sea que quienes conducen las FFAA y la defensa nacional,
y quienes tiene la responsabilidad de dirigir el planeamiento en sus diferentes
niveles, todavía no conocen “bien” qué es el ciberespacio, en que se
diferencia la ciberseguridad con la
ciberdefensa / ciberguerra, que es un ciberdelito y cuál es la jurisdicción de
cada uno de estos ámbitos; también desconocen porque es necesario que se
redacte un diccionario en el cual se definan a nivel nacional cada uno de estos
términos (porque a nivel nacional, y no solamente militar, pues ante la
existencia de un evento en el ciberespacio que sea contrario a los intereses
nacionales o de nuestra soberanía, la definición debe ser la misma para el
poder político, para el militar, para el funcionario de relaciones exteriores o
para los profesionales en TIC o los del derecho).
El hecho que en nuestro país no se haya producido la evolución natural que
ocurrió en el resto de los países del mundo (y en sus FFAA) respecto del paso
del estadio de la “seguridad informática” hasta llegar al estadio de la
“ciberdefensa/ciberguerra”, puede ser la clave de la situación actual, y de la
falta de apoyo por parte de quienes dirigen las organizaciones de defensa (tanto
a nivel políticos como militar).
La evolución mencionada se dio al pasar de tener organizaciones basada en
el papel y en medios analógicos a organizaciones que se fueron digitalizando de
acuerdo con los desarrollos de cada época;
a vuelo de pájaro describiré este cambio: así es que se pasó del papel a
las primeras computadoras, luego a las redes de computadoras, posteriormente a
la interconectividad privada y finalmente a la interconectividad por Internet.
Como ocurrió siempre en la historia humana, cada cambio llevó aparejado la
implementación de diferentes medidas de seguridad, y así aparecieron la
seguridad informática, la seguridad de la información y la ciberseguridad en el
ámbito civil, y respecto del ámbito militar la evolución fue la inclusión de
los sistemas informáticos como un medio de combate más (aparece la Guerra
Informática como una parte de la Guerra de la Información) hasta llegar a la
inclusión de un nuevo espacio donde se
desarrollan nuevas operaciones: el ciberespacio y las operaciones en el ciberespacio
(el ciberespacio se suma al espacio terrestre, marítimo, aéreo y espacial).
Debe quedar muy claro que cada uno de estos hitos generaron cambios en la
capacitación del personal, en los medios utilizados y en las operaciones a
realizar, es decir que quién tenía la misión de planificar debía estar
actualizado con esta evolución pues sino sus planes no servirían, un ejemplo
para ilustrar el lector es el siguiente: si actualmente al planificar (sea el nivel que fuere) sólo se tiene en
cuenta a las TIC como un servicio
informático, y lo máximo que se ordena es que el área responsable implemente las medidas de seguridad o de
contrainteligencia (es decir seguridad informática), ese plan y esa campaña, va
camino al fracaso pues el oponente seguramente implementará operaciones
utilizando el ciberespacio. Tenga el
lector en cuenta lo siguiente:
·
En la Cumbre de
Varsovia que tuvo lugar entre los días 8 y 9 de julio de 2016, los jefes de
Estado y de Gobierno adoptaron, entre otras, las siguiente medidas:
1- Reconocimiento del ciberespacio como el quinto dominio de
las operaciones militares.
2- A través del documento Cyber Defence Pledge (NATO),
se establece el compromiso por parte de los miembros de la Alianza en mejorar
sus estructuras de ciberdefensa nacionales.
3- Declaración conjunta entre UE-OTAN para incrementar la
cooperación en distintos ámbitos, entre ellos en materia de ciberseguridad y
ciberdefensa. Posteriormente, en diciembre de ese mismo año, el Consejo de la
UE aprobó cuarenta y dos medidas para desarrollar los acuerdos. (Documento
15283/16 del Consejo de la Unión Europea del 6 de diciembre de 2016).
·
Durante la
celebración del Foro Económico Mundial en enero de 2017 el secretario general
de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que “los ciberataques pueden ser tan
peligrosos y tan serios como un ataque
armado, pueden dañar infraestructura crítica, causar daños a las vidas humanas
y pueden minar nuestra capacidades de defensa (“can be as dangerous, as
serious, as armed attacks. It can take out critical infrastructure, it can
cause human injury and it can undermine our own defence capabilities”),
volviendo a plantear la posibilidad de invocar el Artículo 5 de la Alianza.
Retomando la situación de la Ciberdefensa en nuestro país, que es lo que
ocurrió respecto de la ciberdefensa?, pues lo mismo que ocurre en otros aspecto
de la vida de nuestra nación: nos saltamos etapas y pasamos de un nivel básico
(en este caso la “seguridad informática”)
a uno de los niveles más alto de la escala (la Ciberdefensa) sin experimentar
las etapas intermedias, y lo que es peor, sin que quienes conducen estén
convencidos acerca de lo que involucra ese salto.
Hasta el año 2014 nuestras FFAA apenas
realizaban prácticas de seguridad informática y de seguridad de la
información siguiendo los estándares de la técnica que aplicaba el medio civil,
y la sola implementación de estas medidas en las redes y sistemas
administrativos costaba mucho trabajo a los responsables de seguridad en TIC;
por esos años no se escuchaban los asesoramientos relacionados respecto que
otros países, ya desde el año 2006 incluían en sus misiones la defensa y el
ataque del espacio ciber a través del uso de las redes digitales.
Del día a la noche, y a través de una norma administrativa, se pasa al
nivel “Ciberdefensa” y se crea a nivel del Estado Mayor Conjunto de las FFAA (EMCFFAA)
el Comando Conjunto de Ciberdefensa. En vez de “cambio por evolución” se dio un
“cambio traumático” pues ni el EMCFFAA
ni las mismas FFAA estaban maduras para ese cambio, mucho menos la dirigencia
política.
El cambio por imposición (y no por evolución) trajo aparejado la falta de
una estrategia de seguridad nacional en el ciberespacio, la falta de un
diccionario que haga que todos entiendan lo mismo cuando se cita un término
(todavía se discute que es Ciberdefensa, cual es su alcance, diferencias entre
la ciberseguridad y la Ciberdefensa, o creer que inteligencia en el
ciberespacio es lo mismo que ciberinteligencia), no se ha definido que es un Ciberataque (pues una cosa es la definición
técnica y otra la jurídica, y la jurídica tiene que verse desde el punto de vista del derecho
interno y del derecho internacional público),
Este cambio por la fuerza trajo aparejado que todavía se estén discutiendo
las responsabilidades de los organismos y de sus actores, desconociendo que en
este nuevo espacio no hay fronteras como las hay en el mundo físico, o que uno
de los tantos problemas que existe es asignar la autoría de un ataque (o
delito) a sus autores.
Pero quizás, el peor de todos los problemas que trajo este cambio
traumático fue la falta de capacitación
de los responsables de planificar las operaciones en el ciberespacio, y tratar
cubrir esa deficiencia con personal cuyos conocimientos se limitaban a tareas
de ciberseguridad, es decir la seguridad en el ciberespacio pero en el ámbito
civil o de la empresa. En el medio civil la seguridad se limita, en general, a
implementar medidas para evitar intrusiones o fuga de información, todo esto
dentro de su perímetro (dentro de la empresa) y cuando ocurre un evento se
denuncia y la justicia lo investiga. En el ámbito militar, además de
implementar medidas de seguridad en las redes, se planifican operaciones de
explotación (su objeto es obtener información de los sistemas del oponente, información
del origen de ataques a sistemas
propios), operaciones defensivas (su objeto es mantener la libertad de acción)
y operaciones ofensivas (cuyo objeto es degradar, interrumpir, denegar o
destruir sistemas de información del oponente o la información que los sistemas
almacenan).
De todo lo detallado vemos que, la mayoría de los problemas que se padecen
actualmente son producto de la falta de un planeamiento que permitiera a
nuestras FFAA evolucionar desde un estado básico de seguridad informática hacia
un estado avanzado acorde con el desarrollo de las TIC, pues se saltó de la
práctica de la seguridad informática a realizar operaciones en el ciberespacio
sin la evolución correspondiente.
La situación descripta es peligrosa pues se puede observar en los medios
cómo se utiliza políticamente a la Ciberdefensa para los discursos pero no se
solucionan los baches (gaps) existentes
(falta de una estrategia nacional de Ciberseguridad, falta de un diccionario de
términos, falta de asignación de las misiones, tareas y responsabilidades a los
actores en el ciberespacio), quizás porque quienes dan esos discursos creen que
el uso del ciberespacio para realizar operaciones militares es “ciencia
ficción”.
*El autor es
Comodoro ( retirado) de la Fuerza Aérea Argentina, Licenciado en Seguridad
(IUPFA), Abogado (UBA), MBA en Dirección de Sistemas de Información (USAL),
Licenciado en Sistemas Aéreos y Aeroespaciales (IUA).
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